Si damos alimento al cuerpo, que es perecedero, entonces, sin duda, nuestro deber principal es dar alimento al alma, que es imperecedera; y este sustento se encuentra en la oración. En la tormentosa vida de Gandhi, la oración fue la única tabla de salvación.
Si damos alimento al cuerpo, que es perecedero, entonces, sin duda, nuestro deber principal es dar alimento al alma, que es imperecedera; y este sustento se encuentra en la oración. En la tormentosa vida de Gandhi, la oración fue la única tabla de salvación.