Hombre de alcurnia y de éxito palaciego, el príncipe Orlando se enamorará, irá a la guerra, llorará y hasta se convertirá en Lady Orlando, descubriendo, a lo largo de las centurias, el papel de la mujer y el hombre en distintas sociedades. Jugando con elementos como el viaje en el tiempo, la anbigüedad de género (Virginia Woolf era una púdica homosexual) y una arriesgada construcción narrativa, la autora logró con Orlando (1928) una eficaz alegoría feminista. En 1992, Orlando llegó al cine dirigida por Sally Potter, con Tilda Swinton y Billy Zane como protagonistas.
Hombre de alcurnia y de éxito palaciego, el príncipe Orlando se enamorará, irá a la guerra, llorará y hasta se convertirá en Lady Orlando, descubriendo, a lo largo de las centurias, el papel de la mujer y el hombre en distintas sociedades. Jugando con elementos como el viaje en el tiempo, la anbigüedad de género (Virginia Woolf era una púdica homosexual) y una arriesgada construcción narrativa, la autora logró con Orlando (1928) una eficaz alegoría feminista. En 1992, Orlando llegó al cine dirigida por Sally Potter, con Tilda Swinton y Billy Zane como protagonistas.