Con la publicación en 2007 de Historias de diván, su primer libro, Gabriel Rolón iniciaba un viaje único. Un recorrido que no sólo lo convertiría en el escritor más leído de la Argentina de las últimas décadas, sino que también le permitió llevar adelante una misión que él mismo se impuso desde el inicio: sostener el psicoanálisis en el lugar que merece como una disciplina capaz de transformar una vida, de dar alivio a quien padece un dolor.
A casi veinte años, y con la mirada en retrospectiva, fueron muchas las cosas que sucedieron: traducciones al francés, portugués, alemán e italiano, series de televisión, obras de teatro, charlas, debates, congresos internacionales.
Sin embargo, el mayor logro de este trabajo ha sido la construcción de un vínculo único entre autor y lector. Un lazo afectivo que no es otra cosa más que el psicoanálisis en escala humana. Por eso, todos y cada uno de los casos que conforman este libro son entendidos como "historias": relatos de vida que transitan el amor, la soledad, los duelos, la sexualidad, la culpa. Historias que hablan, entre otros, de Majo, Mariano, Laura, Cecilia, Darío o del padre Antonio, pero que a la vez narran algo de nosotros mismos. Y es ahí, entonces, donde este libro se vuelve imprescindible, vital, siempre vigente.
"Si algo caracteriza el proceso analítico es su capacidad de volvernos más sinceros con nosotros mismos. Nos da la posibilidad de utilizar esa pequeña cuota de libertad que nos habita cuando rompemos las cadenas que nos mantienen presos del padecimiento. Ese y no otro ha sido el sentido de mi obra hasta este momento. Y es el sendero por el que seguiré andando mientras siga impulsándome la llama sagrada de la pasión por el psicoanálisis."
Con la publicación en 2007 de Historias de diván, su primer libro, Gabriel Rolón iniciaba un viaje único. Un recorrido que no sólo lo convertiría en el escritor más leído de la Argentina de las últimas décadas, sino que también le permitió llevar adelante una misión que él mismo se impuso desde el inicio: sostener el psicoanálisis en el lugar que merece como una disciplina capaz de transformar una vida, de dar alivio a quien padece un dolor.
A casi veinte años, y con la mirada en retrospectiva, fueron muchas las cosas que sucedieron: traducciones al francés, portugués, alemán e italiano, series de televisión, obras de teatro, charlas, debates, congresos internacionales.
Sin embargo, el mayor logro de este trabajo ha sido la construcción de un vínculo único entre autor y lector. Un lazo afectivo que no es otra cosa más que el psicoanálisis en escala humana. Por eso, todos y cada uno de los casos que conforman este libro son entendidos como "historias": relatos de vida que transitan el amor, la soledad, los duelos, la sexualidad, la culpa. Historias que hablan, entre otros, de Majo, Mariano, Laura, Cecilia, Darío o del padre Antonio, pero que a la vez narran algo de nosotros mismos. Y es ahí, entonces, donde este libro se vuelve imprescindible, vital, siempre vigente.
"Si algo caracteriza el proceso analítico es su capacidad de volvernos más sinceros con nosotros mismos. Nos da la posibilidad de utilizar esa pequeña cuota de libertad que nos habita cuando rompemos las cadenas que nos mantienen presos del padecimiento. Ese y no otro ha sido el sentido de mi obra hasta este momento. Y es el sendero por el que seguiré andando mientras siga impulsándome la llama sagrada de la pasión por el psicoanálisis."